- El concepto de ciudades inteligentes ya no es una visión futurista, sino una realidad tangible que debemos abrazar.
Por Jocelyn Rivera*
En los últimos meses hemos sido testigos del caos desatado por las lluvias torrenciales en diversas regiones de México. Imágenes de presas y ríos desbordados, avenidas principales convertidas en ríos y comunidades enteras afectadas, nos recuerdan la vulnerabilidad de nuestras ciudades ante los fenómenos naturales.
De acuerdo con el Instituto Mexicano de Tecnología del Agua, en México se está desarrollando un fenómeno llamado “impermeabilización del suelo, debido a la presencia de concreto y asfalto en grandes superficies, modifica la relación lluvia- escurrimiento de las cuencas dentro de la ciudad, lo que a su vez produce que las lluvias de corta duración dificulten la conducción y el drenaje seguro de los volúmenes de agua resultado de precipitaciones moderadas”.
Este fenómeno representa una problemática para el “funcionamiento adecuado de los servicios urbanos” y el propio bienestar y seguridad de la ciudadanía. Por lo cual, las autoridades locales y estatales tienen una gran responsabilidad con la ciudadanía y el medio ambiente, para implementar soluciones tecnológicas que ayuden a monitorear el flujo inteligente del agua, logrando disminuir los efectos y contribuir a la seguridad y bienestar de la sociedad.
En mi más reciente visita a China, pude ser testigo de cómo han desarrollado tecnología de video (cámaras de videovigilancia) potenciada con inteligencia artificial, capaz de ser utilizada para monitorear escenarios donde se concentran grandes volúmenes de agua, como ríos y presas.
Dahua Technology ha diseñado una solución inteligente, que consiste en la colocación de sensores y cámaras inteligentes capaces de detectar en tiempo real cuando una presa o río está superando niveles críticos que podrían significar un riesgo inminente de desbordamiento. Esta tecnología no solo registraría datos, sino que también emite alertas automáticas a las autoridades competentes, permitiendo tomar medidas preventivas de manera oportuna. De esta forma, se pueden desarrollar modelos que ayuden a implementar protocolos de prevención más efectivas, reduciendo significativamente el impacto que estos fenómenos naturales tienen en la sociedad.
En México, el desbordamiento de la Presa San Joaquín en Guanajuato inundó viviendas, carreteras y cultivos. Recientemente el Estado de México, municipios como Tlanepantla, Tultitlán, Naucalpan, Cuautitlán Izcalli, etc., enfrentaron severas afectaciones por anegamientos, atrapando vehículos y transporte de pasajeros. Estas situaciones ponen de manifiesto la necesidad urgente de soluciones tecnológicas que nos permitan anticipar y gestionar eficazmente los desastres naturales.
Aunque este tipo de soluciones aún no han sido implementadas en América Latina, el proceso de adopción a nivel global sugiere que pronto llegarán a nuestra región. La inteligencia artificial y las tecnologías AIoT (Inteligencia Artificial de las Cosas) están revolucionando la manera en que interactuamos con nuestro entorno. Su aplicación en la prevención de desastres naturales es un paso lógico y necesario para mejorar la resiliencia de nuestras comunidades.
El concepto de ciudades inteligentes ya no es una visión futurista, sino una realidad tangible que debemos abrazar. La integración de tecnologías avanzadas en la infraestructura urbana permite optimizar la gestión del tráfico, mejorar la protección ciudadana y, crucialmente, responder de manera más eficiente a emergencias.
La prevención es, sin duda, el mejor recurso que tenemos. Si bien no podemos controlar los fenómenos naturales, sí podemos minimizar sus consecuencias utilizando las herramientas que la tecnología nos brinda. Es posible ayudar a prevenir los desbordamientos e inundaciones, y deberíamos poner foco como país, en desarrollar una mejor infraestructura para los años siguientes.
*Jocelyn Rivera, Project Sales Management en Dahua Technology México.