Nueva estrategia de seguridad corporativa y resiliencia social

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  • Iniciativa innovadora que busca transformar el paradigma de la seguridad y el servicio comunitario: Grupos de rescate y Paramédicos voluntarios.

Por Jonatthan Hermida Sosa*

Culiacán, Sinaloa.- En una región históricamente marcada por los desafíos de la violencia y la narcocultura, surge una iniciativa innovadora que busca transformar el paradigma de la seguridad y el servicio comunitario: los Grupos de Rescate y Paramédicos Voluntarios. Este modelo, encarnado por el recién creado Grupo de Rescate Culiacán, no solo fortalece las capacidades de respuesta ante emergencias, sino que también se posiciona como una herramienta clave para la seguridad corporativa y la reconstrucción del tejido social.

De la narcocultura al servicio comunitario: Un cambio de paradigma

Sinaloa, como otras regiones de México, ha enfrentado el fenómeno de jóvenes seducidos por la ilusión de poder y riqueza que promueve el crimen organizado. Sin embargo, proyectos como el Grupo de Rescate Culiacán demuestran que existe una alternativa: Convertir el instinto de protección y adrenalina en un servicio social estructurado.

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Este programa recluta a jóvenes con vocación de servicio, ofreciéndoles capacitación en primeros auxilios, rescate vehicular, manejo de incidentes con múltiples víctimas y apoyo prehospitalario. Muchos de ellos encuentran en estas disciplinas un camino hacia profesiones formales como bomberos, paramédicos o fuerzas de seguridad pública, pero también se integran a esquemas de protección civil corporativa.

Seguridad empresarial y el rol de los voluntarios

Las empresas, especialmente aquellas con operaciones en zonas de alto riesgo, están reconociendo el valor de contar con personal entrenado en respuesta a emergencias. Los voluntarios capacitados pueden actuar como primer respondedores en accidentes laborales, desastres naturales o incluso situaciones de violencia, reduciendo el tiempo de reacción y salvando vidas.

En el ámbito corporativo, estos grupos ofrecen:

  • Capacitación en primeros auxilios para empleados.
  • Brigadas de emergencia internas.
  • Coordinación con Protección Civil y servicios médicos locales.
  • Prevención y mitigación de riesgos en entornos industriales.
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Hacia una sociedad resiliente

El modelo de Culiacán no solo salva vidas en emergencias, sino que construye ciudadanía. Los jóvenes voluntarios aprenden disciplina, trabajo en equipo y liderazgo, valores que los alejan de entornos delictivos. Además, se convierten en multiplicadores del conocimiento, llevando talleres de prevención a escuelas y comunidades.

«Ya no queremos héroes con armas, queremos héroes con estetoscopios y equipos de rescate», afirma un instructor del programa. Esta filosofía refleja un cambio profundo: La seguridad no debe depender solo de la fuerza pública, sino de una sociedad organizada y preparada.

Modelo exportable a nivel internacional

Latinoamérica, con sus desafíos en seguridad y desastres naturales, podría replicar este esquema. Países como Colombia, Honduras o El Salvador, donde la juventud también enfrenta la tentación del crimen, podrían adoptar estos programas como política pública, en alianza con empresas, universidades y ONGs.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja han destacado la importancia de los sistemas prehospitalarios comunitarios. Iniciativas como el Grupo de Rescate Culiacán son un ejemplo de cómo la seguridad y la salud pública pueden ser impulsadas desde la base social.

Menos balas, más vendajes

En un mundo donde las crisis son cada vez más impredecibles, los paramédicos voluntarios y rescatistas comunitarios emergen como un pilar estratégico. No solo cierran brechas en los sistemas de emergencia, sino que fomentan una cultura de paz y resiliencia.

Las empresas que inviertan en estos esquemas no solo protegerán sus activos, sino que contribuirán a un futuro donde más jóvenes elijan salvar vidas, en lugar de perderlas. El mensaje es claro: La verdadera seguridad no se construye con armas, sino con conocimiento y solidaridad.

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*Jonatthan Hermida Sosa – Especialista Gestión de Emergencias.

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