Incendios provocados y su afectación a la seguridad ciudadana

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  • El único fin de lograr una preparación adecuada que logre reducir el impacto de estos incidentes y acelerar la recuperación de la paz y tranquilidad esperada.

Por Edison Cadena Ayala*

Quito, Ecuador.- “Los incendios provocados no solo devastan el medio ambiente, sino que también representan una grave amenaza para la seguridad ciudadana, al generar evacuaciones masivas, pérdidas económicas y un aumento en la criminalidad durante los periodos de caos”

Son las 17:00 Hs. y desde mi oficina se puede apreciar de pronto como el cielo (bastante despejado muy peculiar y característico de Quito Ecuador) toma un color inusual, anaranjado y gris, típico ya en esta época del año señal de otro incendio forestal, afectación a las ya casi permanentes y que por su continuidad lo hemos asumido inconscientemente.

Pero este dejarse estar de alguna forma nos convierte en cómplices e irresponsables, por lo tanto no puede ni debe mantenerse, como ejemplo basta revisar con detenimiento la información que solamente durante el presente año existe respecto de los incendios suscitados en algunos países de la región: (Figura 1)

FIGURA INCENDIO

Tras un breve análisis podemos categóricamente determinar que definitivamente la injerencia humana en los incendios provocados en la actualidad constituye ya una problemática global, con un impacto profundo y multifacético en la protección de la sociedad, de hecho, afectan de manera enorme la estabilidad y economía de un país.

En este contexto por un lado tenemos entonces la piromanía, enfermedad mental que se define como un trastorno del control de impulsos caracterizado por la compulsión recurrente de provocar incendios para obtener satisfacción personal o aliviar la tensión interna.

Y por la otra y ya sin rayar en la paranoia están las conspiraciones, para muestra tomemos en cuenta (en el caso de Ecuador) ciertos comentarios que vaticinaban (efecto clarividente político) de manera imprudente este tipo de actos como parte de una serie de posibles eventos que sucederían con el fin de desprestigiar a cierto personaje.

En ese sentido se planean dos hipótesis: ¿esto es obra de un enfermo o a su vez es premeditado para lograr quien sabe qué cosa retorcida?

Contemplando el nivel actual de la sociedad que ha llegado a paralelismos impensados de daño, sería muy simple deslizar el dedo acusador y bien sea direccionarlo hacia un tema mental o bien al lado insidioso, señalando a unos u otros como los autores de este tipo de acciones.

Lastimosamente el tema no es tan fácil y no queda en este simple análisis, más siendo el rol de la protección trascendental para enfrentar este tipo de eventos, los cuales por ser parte de nuestro compromiso y responsabilidad debemos darle un manejo efectivo, es así que se nos presentan divididos en cuatro escenarios de afectación:

  • Los desafíos para los servicios de emergencia, en lo referente a la sobrecarga de recursos que se deberán desviar, afectando la capacidad de respuesta general ante otros sucesos, así como los riesgos significativos que enfrentan los organismos de respuesta, pudiendo aumentar las lesiones o incluso la muerte.
    • El impacto que genera en la infraestructura crítica, como hospitales, escuelas, plantas de energía y sistemas de transporte. La interrupción de estos servicios esenciales puede tener efectos devastadores en la colectividad, afectando la salud, la educación y el patrimonio local.
    • Las consecuencias sociales y psicológicas, en cuanto al trauma, estrés de las personas involucradas, la generación de desconfianza y temor generalizado. La pérdida de hogares, pertenencias y seres queridos puede tener un impacto duradero en la salud mental. Las personas pueden sentirse inseguras en sus propios vecindarios, lo que puede afectar la cohesión social y la calidad de vida.
    • Las medidas de protección y resiliencia que se deben generar con el fin de lograr un verdadero fortalecimiento de la protección, seguridad y vigilancia por medio de la planificación y ejecución de planes de emergencia, simulacros y demás actividades trabajadas de manera conjunta a través de la participación y educación de los ciudadanos, por medio de la implementación de medidas más estrictas encaminadas a prevenir incendios provocados. Esto incluye el uso de cámaras de seguridad, patrullas de vigilancia y la colaboración con la sociedad para identificar comportamientos sospechosos.

    Es por ello que se hace necesario, mirar de frente al problema y de una forma decidida y muy responsable, generar la suficiente resiliencia y empoderamiento encasillado en férreos conceptos de unión y cohesión, con el único fin de lograr una preparación adecuada que logre reducir el impacto de estos incidentes y acelerar la recuperación de la paz y tranquilidad tan necesaria y esperada.

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    *Edison Cadena Ayala, MSC, CPO, CPOI, CSSM, Gerente de la empresa SEINNATIONAL CIA. LTDA. Ecuador.

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