- Según datos de la Asociación Mexicana de Empresas de Seguridad Privada (AMESP), las empresas que invierten en su personal logran tasas más altas de retención y satisfacción de los clientes, fortaleciendo así su posición en un mercado altamente competitivo.
- La industria ha implementado un programa integral de formación que incluye habilidades técnicas y manejo de crisis, afirma Iliana Fernández, experta en seguridad privada.
En México, el sector de la seguridad privada es uno de los pilares clave para garantizar la protección de bienes y personas, especialmente en un contexto donde la seguridad pública enfrenta diversos retos.
Aproximadamente el 90% de los empleados de seguridad privada en México trabajan en condiciones que no cumplen completamente con la normativa laboral, especialmente en cuanto a salarios y prestaciones sociales. A pesar de esto, algunas empresas han comenzado a destacar por implementar buenas prácticas laborales, contribuyendo no solo a la dignificación del trabajo, sino también a la profesionalización de la industria.
En México tenemos algunos ejemplos. «El Grupo Multisistemas de Seguridad Industrial y G4S México han ganado reconocimiento por su enfoque en el bienestar de sus trabajadores. Estas compañías han adoptado esquemas que garantizan el acceso a prestaciones de ley, horarios establecidos que respetan los límites legales y el pago puntual de salarios. Además, muchas ofrecen bonos por desempeño y programas de capacitación continua, lo que permite a los empleados crecer dentro de la organización», reconoce Iliana Fernández, experta en seguridad privada.
De acuerdo con Fernández, quien cuenta con más de 20 años de experiencia en Operaciones, Seguridad Corporativa, Protección Ejecutiva, Seguridad de Eventos, relaciones con los clientes, gestión de crisis, formación y planificación, otro caso de éxito es el de Grupo Multisistemas, el cual ha implementado un programa integral de formación que incluye habilidades técnicas y manejo de crisis, lo que no solo mejora el desempeño de sus elementos, sino que también fortalece su seguridad personal en situaciones de riesgo.
«La capacitación es otro aspecto clave que distingue a las empresas que ejercen buenas prácticas laborales. Tener un personal altamente capacitado, le da oportunidad al personal a acceder a nuevas plazas de trabajo y crecer profesionalmente», dice Fernández.
Prosegur México, por ejemplo, cuenta con un centro especializado para la formación de guardias de seguridad. Este programa incluye módulos sobre derechos humanos, protocolos de actuación y el uso adecuado de tecnología, como sistemas de videovigilancia y control de accesos. «Esto no solo beneficia a los empleados, sino que también asegura un servicio de mayor calidad para los clientes», explica la especialista.
Otro punto crítico es la mejora en las condiciones salariales. «Aunque el salario promedio en el sector sigue siendo bajo, empresas comprometidas han comenzado a ofrecer sueldos que superan el salario mínimo nacional. Algunas incluso incluyen beneficios como seguro de vida, apoyos para la educación de los hijos y acceso a créditos de vivienda», afirma Fernández.
Además, Seguritech Privada, una de las compañías más grandes en México, ha incorporado políticas de inclusión laboral, ofreciendo oportunidades a mujeres y personas mayores, lo que fomenta la equidad y la diversidad en el sector.
«La implementación de estas buenas prácticas laborales no solo beneficia a los empleados, sino que también contribuye a la profesionalización y legitimidad de la industria de la seguridad privada en México», asegura Jesús Moscoso, abogado especializado en temas laborales y CEO de ESSAD, firma que se encarga de la gestión del talento humano.
Según datos de la Asociación Mexicana de Empresas de Seguridad Privada (AMESP), las empresas que invierten en su personal logran tasas más altas de retención y satisfacción de los clientes, fortaleciendo así su posición en un mercado altamente competitivo.
El camino hacia la mejora de las condiciones laborales en el sector de la seguridad privada aún enfrenta desafíos significativos. Sin embargo, el ejemplo de estas empresas demuestra que es posible equilibrar la rentabilidad del negocio con el respeto y la dignificación de sus trabajadores. Si más compañías adoptan estas prácticas, la industria podrá avanzar hacia un modelo más justo y profesional, beneficiando tanto a sus empleados como a la sociedad en general.
La clave está en seguir impulsando estándares laborales altos y generar una cultura empresarial que valore a quienes, día a día, ponen en riesgo su integridad para garantizar la seguridad de los demás.