- De acuerdo a la empresa Akamai, los ataques DDoS han registrado un alarmante aumento del 49 % en el último año, reflejando una creciente amenaza para empresas y usuarios.
A medida que iniciamos el 2025, el complejo panorama de la ciberseguridad se vuelve cada vez más desafiante. La tecnología avanza rápidamente y también lo hacen las amenazas cibernéticas, por lo que las organizaciones deben adoptar enfoques más sofisticados para proteger sus activos digitales. En este contexto, es fundamental no solo identificar los tipos de amenazas que se avecinan, sino también aprender a prepararse para mitigarlas eficazmente. Akamai Technologies, empresa en la nube que impulsa y protege la vida online, ofrece una visión integral de los riesgos de ciberseguridad para 2025 y las estrategias para afrontarlos.
Riesgos de ciberseguridad en 2025
- Automatización de ataques con IA: se proyecta que los ciberdelincuentes incrementarán el uso de la Inteligencia Artificial para personalizar y automatizar los ataques, especialmente los de tipo phishing. Esta tendencia hará que los ataques sean más difíciles de detectar y contrarrestar, lo que supone un reto significativo para las organizaciones, que deben estar preparadas para responder a estas amenazas cada vez más sofisticadas.
- Ransomware evolutivo: los ataques de ransomware seguirán siendo una amenaza importante, con tácticas que evolucionarán hacia la cuádruple extorsión. Esto implica que los atacantes no solo exigirán rescates a las víctimas, sino que también presionarán a clientes y empleados a través de múltiples canales, lo que aumentará la complejidad del problema.
- Vulnerabilidades en APIs: a medida que aumentan las implementaciones de interfaces de programación de aplicaciones (API), también lo hacen las amenazas dirigidas a estas. Las organizaciones deberán establecer estrategias de seguridad sólidas para proteger sus API y mitigar los riesgos asociados.
- Criptografía ágil: la llegada de la computación cuántica plantea nuevos desafíos en materia de seguridad. Las organizaciones necesitarán adoptar un enfoque criptográfico ágil, actualizando sus algoritmos y certificados para protegerse contra posibles vulnerabilidades en el futuro.
Estrategias para afrontar los riesgos
Ante estos riesgos es esencial que las organizaciones implementen estrategias efectivas para proteger sus activos digitales.
- Adopción del modelo Zero Trust: este enfoque exige la verificación continua de la identidad y la autorización antes de permitir el acceso a recursos digitales, lo que fortalece la defensa contra accesos no autorizados.
- Inversión en soluciones basadas en IA: las organizaciones deben adoptar tecnologías que utilicen Inteligencia Artificial para detectar patrones anómalos y predecir ataques antes de que se produzcan. Esto no solo mejorará la capacidad de respuesta ante amenazas, sino que también permitirá una defensa más proactiva.
- Capacitación continua: es esencial educar a los empleados sobre los riesgos asociados con los ciberataques. La formación continua fomentará una cultura organizacional sensibilizada con la seguridad y preparada para hacer frente a incidentes.
- Microsegmentación: esta técnica permite reducir la superficie de ataque al dividir las redes en segmentos más pequeños y manejables. Esto no solo mejora la detección y respuesta ante amenazas, sino que también puede ofrecer un retorno de la inversión significativo al optimizar recursos.
La ciberseguridad en 2025 plantea desafíos complejos que requieren un enfoque proactivo y adaptativo. Akamai destaca la importancia de anticiparse a las amenazas emergentes mediante inversiones en tecnología avanzada y formación continua del personal. A medida que evoluciona el entorno digital, las organizaciones deben estar preparadas para adaptarse y protegerse en un futuro que promete ser incierto, pero también lleno de oportunidades y riesgos.
