Desde el instinto al hecho: el papel de la intuición en la seguridad corporativa

Facebook
Twitter
LinkedIn
WhatsApp

  • “Un oficial de protección detecta un comportamiento sospechoso porque su cerebro ha procesado patrones similares en el pasado, aunque no puede expresarlo”.
  • “Un gerente siente que algo no está bien durante una evaluación de riesgos. Su cuerpo ha captado señales del ambiente y comportamientos que su mente aún no ha llegado a procesar”.
  • “Un líder de seguridad decide evacuar un edificio basándose en una corazonada, que en realidad está respaldada por señales neuronales que su cerebro procesó sobre un riesgo inminente”.

Por Milagros Céspedes Álvarez*

Lima, Perú.- En la seguridad corporativa, tomar decisiones rápidas y precisas puede marcar la diferencia entre prevenir un incidente o sufrir las consecuencias de una amenaza. En algunos casos, estas decisiones no van a provenir de un análisis lógico consciente, sino de algo más sutil y poderoso: intuición.

Que un oficial identifique un comportamiento sospechoso sin poder explicarlo, un gerente perciba riesgos antes de tener una evidencia concreta, o un líder evacúe un edificio impulsado por una corazonada, son tres ejemplos de cómo la intuición guía acciones críticas en entornos de alta presión.

¿Quién no ha experimentado una sensación inexplicable de que algo no estaba bien? Tal vez en la calle, en alguna tienda comercial, en medio de una reunión, en una inspección de rutina, o simplemente al observar un entorno aparentemente tranquilo. Esa “corazonada” que aparece de manera repentina, como una voz interna que alerta sobre algo que no logramos identificar del todo. Sin embargo, al no encontrarle una razón lógica, muchas veces descartamos esa percepción y la consideramos de irrelevante o infundada.

Pero ¿qué es la intuición y cómo puede desempeñar un papel importante en la seguridad corporativa?

La intuición es nuestra capacidad de percibir, comprender y actuar de manera rápida y sin razonamiento consciente. Algunos lo llaman «sexto sentido», otros «corazonada» que nos guía a tomar decisiones o captar información de manera casi instantánea.

Más allá de ser una simple sensación, la intuición surge como resultado de nuestras experiencias y el conocimiento adquirido a lo largo del tiempo. Nos permite  reconocer patrones en situaciones complejas sin que sean evidentes de inmediato.

La frase: “el cuerpo sabe lo que la mente aún no se ha dado cuenta” de la neurocientífica Nazareth Castellanos, nos refleja cómo el cuerpo puede captar señales y responder a estímulos antes de que la mente racional procese la información de manera consciente.

La neurociencia e inteligencia somática, nos explican que el cuerpo actúa como un sistema de alerta temprana. Nuestro cerebro, en especial el sistema límbico, responsable de las emociones y respuestas instintivas, puede interpretar señales sutiles del entorno y del propio cuerpo antes de que la corteza prefrontal, encargada del pensamiento lógico, lo haga.

La intuición también es considerada una forma de inteligencia. Howard Gardner en el contexto de su libro de las inteligencias múltiples, la reconoce como una de ellas, alineada con las inteligencias intrapersonal e interpersonal.

En el campo de la seguridad corporativa, la intuición es una habilidad esencial que complementa los métodos tradicionales de evaluación y respuesta. A medida que las amenazas se vuelven más complejas y sofisticadas, depender únicamente de procedimientos predefinidos y la tecnología puede no ser suficiente. Como cualquiera de nuestras inteligencias, podemos desarrollar la intuición y en la seguridad corporativa puede ser un activo valioso, que permite a los profesionales anticipar problemas, identificar oportunidades y tomar decisiones estratégicas más eficaces.

Algunas estrategias para desarrollar la intución y que permita ser un aliado para la seguridad:

  • Mantener un hábito de aprendizaje constante sobre el rubro, las tendencias y mejores prácticas de la industria. A más conocimiento será más fácil detectar patrones y hacer conexiones.
  • Desarrollar habilidades de observación con más detalle y escucha activa en reuniones, negociaciones y análisis con el equipo.
  • Revisar y reflexionar sobre decisiones pasadas, cuáles fueron los resultados; qué funcionó, qué no, y por qué.
  • Conectar con otros profesionales que puedan aportar nuevas perspectivas y validar sus propias intuiciones.
  • Cuando sea posible, respalda tus intuiciones con datos cuantitativos y cualitativos.

Como hemos visto, lo que llamamos intuición no es un fenómeno mágico, sino una habilidad poderosa que proviene de nuestra experiencia, del conocimiento acumulado y de la capacidad de nuestro cerebro para procesar patrones de forma rápida y subconsciente. Aprender a escuchar y confiar en esa intuición puede ser la clave para anticiparse a los riesgos y tomar decisiones que salven activos, proyectos e incluso vidas.

“La mente intuitiva es un regalo sagrado y la mente racional es un fiel sirviente. Hemos creado una sociedad que rinde honores al sirviente y ha olvidado al regalo”. Albert Einstein

Milagros 2021 1

*Milagros Céspedes Álvarez, Coach PNL, directora y fundadora hace 22 años, del Centro de Estudios de Seguridad para Latinoamérica www.ceslatam.com. Involucrada en el mundo de seguridad desde hace 32 años. Miembro del Consejo Fundador de la Comunidad de Women In Security LAC de Asis Internacional.

Compartir esta noticia

Facebook
Twitter
LinkedIn
WhatsApp
Email